sábado, 12 de julio de 2014

Diecisiete años, Miguel Ángel Blanco

  El día 10 de julio de 1997 ETA secuestraba a un concejal del PP de Ermua (Vizcaya). Esta vez ETA no quería dinero sino que pedía como rescate que todos sus presos fueran trasladados al País Vasco. El presidente del gobierno José María Aznar fue consciente desde el principio que a él, como legítimo representante, le correspondía explicar que el Estado español no puede ser chantajeado por terroristas, además de que materialmente es imposible de realizar.

El calvario y la agonía de Miguel Ángel desencadenaron impresionantes muestras de solidaridad con él y con su familia. Se organizaron manifestaciones multitudinarias pidiendo a ETA que lo liberara pero todo fue en vano. ETA cumplió su amenaza y de la forma más cobarde y gratuita acabó con la vida de un inocente.

Miguel Ángel Blanco fue ejecutado, dos balas en la cabeza, el 12 de julio y murió en el hospital.
A los que vivimos esos días nos toca explicar lo que entonces ocurrió, que a un Estado no se le puede secuestrar, que de su sacrificio la democracia se fortaleció y que unos bárbaros armados no pueden más que nuestros votos.
Gracias Miguel Ángel.

Fdo.
Joaquín Molla

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